jueves, 30 de abril de 2015

No te necesito

No te necesito, yo puedo vivir sin ti, sin ti pienso y respiro y sé hacia donde navegar, pero ¿qué sentido tiene? no es que yo te necesite, es que te quiero junto a mí. No es de vida o muerte, no debería ser así. Yo puedo ser feliz en otra orilla sin dudar, pero si esto está en mis manos, sé que no es cuestión de suerte, es que te quiero junto a mí. No es necesidad, lo que yo siento no es necesidad. Es solo que yo sé que estar contigo me sienta bien y puedo ser yo mismo. No es necesidad, lo nuestro nunca fue necesidad. Fue siempre una cuestión de compartirnos, de hacernos bien y hablarnos al oído. No te necesito ni quiero morir por ti. Me sobran las razones para andar este camino pero ¿qué sentido tiene? Yo te vi entre tanta gente y quiero andarlo junto a ti. No es dependencia loca, no es irracional, no es que se acabe el mundo porque tú no estás, es darse el uno al otro en forma natural, es una doble vía, es dar y recibir, si alguna vez me faltas yo podría seguir, pero es mi decisión quedarme junto a ti.


Este es mi ideal de relación, querer sin dependencia, no necesitar, simplemente querer, sanamente.

martes, 31 de marzo de 2015

Un minuto... Un año... Un siglo

No importa lo que dure. Créeme que no importa. Un minuto, un año un siglo. Pero mientras dure decime que es para siempre, que vamos a alcanzar la eternidad con las raíces de este amor que crece para adentro y desde adentro nos empuja al cristal de la risa, al silencio que late con corazón de pájaro, al chocar de planetas que es nuestros cuerpos juntos recreando el temblor, el universo, el canto. Yo quiero conocer al chico que vende flores por Corrientes y te cuenta cosas. Quiero conocer a tu amigo poeta que ama el mar como yo. Y hojear tus libros, y repisar tus pasos en las calles que anduviste y apretarte la mano en el cine, los dos enloquecidos por Fellini..., y decirte de repente lo mismo que me estabas por decir..., y a veces llorar juntos porque Vietnam y Biafra y aquí nomás hay niños que no tienen la culpa de nada y sin embargo mueren... No importa lo que dure. Vamos a hacer volar a todas las palomas, vamos a hacer repicar las campanas de todos los campanarios, vamos a bebernos el viento del verano en las copas de las casuarinas, en la paz del crepúsculo, cuando la luna es apenas una hostia sin comulgar en el cáliz azul de la tarde. No importa lo que dure. Mira, la piel que vos tocaste, la caricia quemando aún mi cintura ha florecido... Soy una primavera. Vos lo hiciste. Me tomaste la cara entre las manos y tu ternura fue como un viento tibio que barrió todas las hojas secas que poblaban mi otoño. Allí donde las piedras le cerraban la salida a mi soledad, vos hiciste una puerta y por la puerta se metió el sol y de mí nacen ahora las estrellas. Mi cuerpo es una costa donde tu barco se hunde, donde tu barco muerde la arena, como un pez. Mar cabrilleando orillas. Mar galopando dentro. Furor de hoguera roja quemando el jazminero. Entonces se desdobla la latitud del alma y se quiebra una fuerza en la fuerza del cuerpo. No importa lo que dure. De veras, no me importa. Esto es tanto, tan mío, es tan nuestro, es tan herida y risa y cielo al mismo tiempo, que aunque un día te vayas, aunque un día me dejes, aunque lo tuyo se haga astillas de viento, en mi quedará el huerto..., el huerto..., las raíces de lo que en él sembraste..., el huerto empecinado en seguir floreciéndole a tu ausencia, a tu olvido, a tu adiós. Y nunca estaré sola, aunque me dejes sola, porque en mi vida recibí tan poco (y lo poco tan triste), que la dicha que vos me das ahora me alcanzará para seguir usándola hasta que de mí no quede nada. No importa lo que dure. Pero decime que es para siempre. Mientras dure decime que vamos a alcanzar la eternidad con este amor... y yo me sentiré pequeña, mientras tiembla mi carne con leves aleteos de mariposas nuevas...

lunes, 23 de marzo de 2015

El dragón y la princesa - XVII


"- [...] Justamente te haría mal porque te quiero ¿no comprendes? Uno no hace mal a la gente que le es indiferente. [...]" 

Two night stand

- "[...] Lo que digo es que hay un montón de cosas que no sé de ti y hay mucho que tenemos que hablar. Me pasé dos noches contigo y eso no es suficiente tiempo. Dame más tiempo, por favor."

jueves, 19 de marzo de 2015

Regálame un atardecer

Regálame la risa que se esconde detrás de esa mirada. Regálame en un beso la poesía que he guardado en mi alma. Busquemos un camino imaginario, que el tiempo se detenga en un abrazo, que el viento sea el que hable sintiendo tu respiración y en medio de la nada dejar que grite el corazón. Regálame un minuto más que dure hasta la eternidad. Regálame una noche azul en donde sólo brilles tú. Regálame un atardecer que duerma al borde de tu pielen donde pueda descansar y así quererte más y más. Regálame un minuto más. Regálame esos ojos que dan vida a mi vida en las mañanas. Y sana las heridas que sufrí cuando creía que volaba. Resuélveme las dudas con tu encanto y así sabrás por qué te quiero tanto. Que nadie nos detenga, que fluya libre nuestro amor.

viernes, 13 de marzo de 2015

La fuerza del corazón


Mírame, en nada me consigo concentrar. Ando despistado, todo lo hago mal. Soy un desastre y no sé qué está pasando. Me gustas a rabiar, te deseo, me llegas a desesperar. Es tan grande lo que siento por ti que tenerte no bastará. ¿Qué es esto que me invita a vivir, que me da la ilusión, qué será esa fuerza que a todos nos une de dos en dos, será la fuerza del corazón? Hace que te abrace y los cuerpos lleguen a estorbar. Tiemblo sólo con la idea de rozar tus labios llenos de besos nuevos. No puedo dormir, robas mi tranquilidad. Alguien ha bordado tu cuerpo con hilos de mi ansiedad. De cinturón tus piernas cruzadas, en mi espalda un reloj, donde tus dedos son las agujas y dan cuerda a este motor, que es la fuerza del corazón. Es la fuerza que te lleva, que te empuja y que te llena, que te arrastra y que te acerca a Dios. Es un sentimiento, casi una obsesión, si la fuerza es del corazón. Es algo que te lía, una descarga de energía que te va quitando la razón. Te hace tropezar, te crea confusión, seguro que es la fuerza del corazón. Es la fuerza que te lleva. No puedo pensar, tendría que cuidarme más. Como poco pierdo la vida y luego me la das. ¿Qué es lo que va cegando al amante que va por ahí de señor, y no es más que un chiquillo, travieso, provocador, será la fuerza del corazón?

miércoles, 4 de febrero de 2015

There'll be a piece of you in me, always





Querida Catherine. He estado sentado aquí pensando en todas las cosas por las que quiero disculparme. Todo el dolor que nos causamos mutuamente. De todo por lo que te culpé. Todo lo que necesitaba que fueras o dijeras. Lamento eso. Siempre te amaré porque crecimos juntos. Y me ayudaste a ser quien soy. Solo quería que supieras que siempre habrá una parte de ti dentro de mí. Y estoy agradecido por eso. En quien sea que te conviertas y donde sea que te encuentres en el mundo te envío mi amor. Eres mi amiga hasta el final. Con amor, Theodore.

Encontrar rumbos nuevos

No está mal que bailes desnuda sobre el agua del mar si te quieres ver así. Hay lugar aunque crea que esto no da para más, no importa que te rías de mí. ¿Cuándo podrás amar sin complejos? Para salir del tedio destapá algún sueño. Da para más que desear el confort teniendo un control, no quiero terminar así. Caminar, sólo andar buscando lo que me hace bien, el lastre vamos a despedir. ¿Quién nos puede decir qué es lo correcto?

miércoles, 28 de enero de 2015

25


— Pero el amor también podría ser eso —dijo Gregorovius—. Qué maravilla estar admirando a los peces en su pecera y de golpe verlos pasar al aire libre, irse como palomas. Una esperanza idiota, claro. Todos retrocedemos por miedo de frotarnos la nariz contra algo desagradable.

martes, 27 de enero de 2015

- You want me to fall back in love with you? How do I do that if I haven't ever stopped?

jueves, 22 de enero de 2015

Soltar

Éramos 40 desconocidos y yo. Entre un cuerpo y el otro, se filtraban los rayos de sol y un silencio expectante. Era mi primer día de formación como Coach. Y la consigna de nuestro Facilitador fue simple: Caminá libremente por el lugar. Encontrate con una persona. Parate frente a ella. Por un momento, mirala a los ojos. Y luego decile una de las siguientes frases, la que sientas: 

“Te elijo” 
“No te elijo” 
“No sé si te elijo” 

No tenía claro para qué teníamos que elegir al otro (¿como amigos? ¿como pareja? ¿como qué cosa?). Nadie nos explicó. Y tampoco importaba. A veces, la magia reside en el misterio de no saber. Acepté las reglas del juego, respiré profundo y me lancé. Y a la par de mi manada de perfectos extraños, bailé una danza intensa de amor y rechazo. A veces yo elegía al otro, y el otro no me elegía a mí. Entonces, sobrevenía un microsegundo de dolor y desencuentro. “¿Cómo que no me eligió, si yo lo estoy eligiendo? ¿Acaso no ve lo que valgo?”, pensaba indignada. A veces, el otro me elegía y algo dentro mío me llevaba, sin saber muy bien por qué, a decirle que yo no. Y recuerdo mi sensación de culpa hacia el otro. “Pobre, ¿se sentirá rechazado?”. Me costaba irme. Me quería quedar a explicarle que no era personal, que igual podíamos tomar un café, que ya iba a encontrar a alguien que sí lo eligiera, que era un ser valioso. Pero no había espacio para nada de eso. Había que buscar una nueva persona, porque el ejercicio seguía. Había que soltar, porque la vida seguía. Y en otros casos, sólo algunos casos… Sucedía la magia. Porque de repente llegaba un extraño no tan extraño. Un desconocido que tenía algo de familiar en su mirada. Y desde el más bello absurdo (porque estas cosas de lógica no tienen nada), el silencio dejaba paso a dos bocas que ya sabían lo que querían decir. Y la tarde nos escuchaba elevar al unísono un Te Elijo: Claro, alegre, de ida y vuelta. Un Te elijo mutuo, natural y fluido. Y qué lindo es sentir que ese que vos elegís, también te elige. Que cuando vos apostás, el otro también apuesta por vos. ¿Cómo no amar esos momentos? Si tenían gusto a eternidad, a “estamos vivos”, a sol de media tarde, a “juntos todo es posible”. Hoy, a dos años de aquella intensa experiencia, comprendí que los vínculos humanos funcionan exactamente igual. Por momentos, las personas nos amamos, nos elegimos, nos incluimos, nos damos la bienvenida, y nos abrazamos. Y en otros momentos, nos desterramos, nos excluimos, nos rechazamos y nos ignoramos. Como en aquel ejercicio de Coaching, a veces somos elegidos con el corazón, con el cuerpo, con locura. Y a veces, todo el amor que damos jamás será suficiente para el otro. No porque no sepamos dar, sino porque ese otro no está ahí con brazos abiertos para recibir lo que queremos ofrendarle. En este viaje increíble de regreso a mi propia vulnerabilidad, estoy aprendiendo algo clave: Hay personas que nunca te van a amar, hagas lo que hagas cualquier excusa que encuentren será motivo suficiente para alejarse. Pero también hay otras que te van a amar, a vos y a todas tus imperfecciones, no importa lo que hagas. Enterito, así tal como sos. Y van a superar cualquier obstáculo con tal de acortar distancias, de resolver diferencias, de sanar heridas, de caminar a la par tuyo. Quizá, la sabiduría reside en aprender a distinguir a estas dos clases de personas, y a desapegarnos de aquellas que no quieren jugar nuestro juego. Soltar expectativas acerca de quién debería elegirnos, y a quién deberíamos elegir. Y por fin, amigarse con el dolor de perder. Convertirnos en adultos implica danzar con fluidez este baile de conexión y desconexión con los otros. Implica aprender a tomar y soltar personas, pasados, expectativas, sueños e ilusiones. Tomar y soltar, una y otra vez. Qué intensas serían nuestras relaciones, si pudiésemos amar con todo el compromiso mientras el amor exista, y desapegarnos respetuosamente cuando lo que queda es apenas el cadáver de lo que fue. Porque a veces amamos sin compromiso, y eso no está bueno. Y a veces nos negamos a separarnos de eso que perdimos, y vivimos mirando hacia atrás, como esperando que nuestros muertos resuciten. Se ve por todos lados. Lo he visto en mí: muchos de nosotros somos sumamente obedientes. Y en un acto de lealtad al amor ausente, preferimos convivir con el dolor antes que con el vacío de no tener lo que alguna vez sí tuvimos. Porque al menos, nos queda un corazón que duele. Y eso es mejor que la nada. Tranquilo... respirá. Vos, yo y todos andamos por este viaje aprendiendo. Nadie te enseñó, no naciste con Manual de Instrucciones. Por eso hoy quiero contarte lo que estoy aprendiendo yo, y quizás te sirva en tu viaje: A veces, no soltar es morir. Y lo que nos devuelve a la vida es soltar eso mismo que alguna vez nos salvó. Soltar ese que fuimos. Soltar el que podríamos haber sido y no seremos. Soltar los sueños rotos. Soltar trabajos que no tenemos. Soltar personas que ya no están. ¿Y por qué soltar? Porque la vida, muchachos, se mira hacia adelante. Porque todo el tiempo que pases enamorado de tu espejo retrovisor, es tiempo que perdés de mirar a este que estás siendo hoy. A los que sí están caminando a la par tuyo. Y más aún, a los que todavía no conociste, y te están esperando para que brilles con esa luz propia de los que se amigan consigo mismos. Soltar para recibir lo que viene. Deshabitar el ayer, porque es una casa en la que ya no estás viviendo. Vaciarte, porque un par de puños cerrados no pueden abrazar el futuro. Honrar aquel que te trajo hasta acá (vos mismo), honrar los que caminaron con vos hasta acá, honrar tus aprendizajes. Honrar lo que podría haber sido y no fue. Y desde la fe más ciega y absoluta… y sin la más remota idea de lo que vendrá… y a la par de los miedos que duermen en la almohada de al lado… y con la ternura vulnerable de quien acepta su pasado y se abraza a su presente… regar una vez más tu jardín.

I - El dragón y la princesa

[...] y después de haber mantenido con ella una relación tan intensa, no alcanzaba a ver con claridad en aquel gran enigma; y se solía preguntar qué habría hecho en aquel segundo encuentro si hubiera adivinado que ella era lo que luego los acontecimientos revelaron. ¿Habría huido? [...]
 —Sufrí con ella tanto que muchas veces estuve al borde del suicidio.
 "Y, no obstante, aun así, aun sabiendo de antemano todo lo que luego me sucedió, habría corrido a su lado." [...]
Me fascinaba —agregó Martín— como un abismo tenebroso y si me desesperaba era precisamente porque la quería y la necesitaba. ¿Cómo ha de desesperarnos algo que nos resulta indiferente?

domingo, 11 de enero de 2015

Bombachitas rosas



Muchos días quise hablar, muchas sombras hay acá. Cuando te busco no estás, cuando te encuentro, te vas. Te vas. Si sabés qué voy a hacer, no me quieras convencer. Siempre mirando hacia atrás, nunca, nunca más entenderás. Nunca entenderás. Entras en mi casa hoy, tienes miedo a lo que soy. Tu sonrisa se me va, si sabés muy bien adónde voy... Adónde voy. Muy lejos te vas.

"... you make it impossible for me to hate you."



Te quiero cuando tienes frío estando a 21º, te quiero cuando tardas una hora para pedir un bocadillo, adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco, te quiero cuando después de pasar el día contigo mi ropa huele a tu perfume y quiero que seas tú la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches. [...]"



- Sigo esperándola porque me importa.
- Eso es duro.

viernes, 9 de enero de 2015

Año nuevo




2014, me hiciste muy feliz. Aprendizajes por doquier, superaciones personales, experiencias nuevas, madurez. Nuevas amistades, nuevos hábitos, nuevos lugares recorridos, mucho baile y mucha pasión. Y sobre todo, un año aprendiendo a soltar aquello que nos ata y no nos deja avanzar. Ley de atracción, mirar hacia delante y nunca desistir. Si bien en sí no significa la gran cosa, simplemente el año cambia de número, es casi inevitable hacer un balance y proyectar energías y objetivos para los meses que se vienen. En mi caso particular, pasé un 2013 muy duro, y cuando finalizó, no pensé en ningún "Año nuevo, vida nueva" o algo por el estilo, fui consciente que para que las cosas cambien, principalmente yo tenía que cambiar. Y el cambio es constante, hoy lo comprendo y brindo por ello.


VIVIR, SÓLO CUESTA VIDA